Sandra Strele

Sandra Strēle (nacida en 1991) es una joven pintora letona. En 2016 se graduó en la Academia de Arte de Letonia con un máster en pintura y estudió en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes. Beneficiaria de las becas de la Fundación Boris e Ināra Teterev (2012), el Banco SEB (2016) y la Fundación Elizabeth Greenshields (2019, 2021), y ganadora del Premio de Arte Brederl von Sengbusch (2014). Ganadora (2019) y finalista (2017, 2018) del concurso Young Painter Prize of the Baltic States. Desde 2013, ha participado en exposiciones colectivas, talleres y residencias en Letonia, Lituania, Polonia, Francia, Alemania y otros países, y ha celebrado varias exposiciones individuales en Letonia y Lituania. Sus obras forman parte de las colecciones de la Fundación de Arte Lewben y del Museo Nacional de Arte de Lituania.

En su obra, Strēle se inspira en la tradición del paisaje y del paisaje arquitectónico. Sus cuadros de gran tamaño e instalaciones pictóricas representan espacios remotos, alienados y solitarios, así como sus estructuras arquitectónicas. A veces, las escenas incluyen figuras que parecen participar en diversos rituales de entretenimiento. El artista es aficionado a crear ciclos narrativos de pinturas. Cada ciclo conserva algunos atributos del ciclo anterior y, al mismo tiempo, incorpora nuevos elementos, lo que hace surgir una posibilidad de cambio y transformación. Cada historia recién creada es una secuela de la anterior; es una especie de serie de televisión cuyos personajes nunca envejecen, sino que se ven afectados por el tiempo: por las premoniciones del futuro, los escenarios imaginarios del futuro y, al mismo tiempo, por los reflejos y recuerdos del pasado. La analogía con las series cinematográficas no es casual. El método creativo del pintor parece basarse en la lógica cinematográfica, cuando la narración se desarrolla fotograma a fotograma. En los ciclos de Strēle, un cuadro sigue a otro, pero todos ellos están sujetos al tiempo, que parece real y abstracto a la vez. 

Refiriéndose a la idea del universo holográfico, que implica que la tridimensionalidad del universo está realmente codificada en la superficie bidimensional, en sus cuadros la artista superpone los planos del pasado, el presente y el futuro. A veces, las pequeñas fisuras de la realidad que se abren entre estos planos superpuestos añaden matices culturales, sociales y psicológicos a las obras. Los cuadros de Strēle se caracterizan por una estructura inesperada y una lógica visual original, que confunde la mirada del espectador por la discrepancia de diferentes escalas, contrastes de formas precisas, racionales, libres y surrealistas, perspectivas complicadas y múltiples intersecciones de espacios y planos. Sus cuadros suelen estar marcados por el ánimo de la melancolía y la nostalgia. La intensa emoción de las obras se ve reforzada por el gran formato favorito del artista, que permite al espectador experimentar la obra no sólo emocionalmente, sino también sensualmente, para sumergirse y dejarse absorber por la obra en lugar de permanecer como un observador pasivo.