Kristof

Dibujar, no un paisaje ni un personaje, sino una sensación, una impresión, un sentimiento, la huella que queda de él, impresa en mi memoria, como una cicatriz que se dignó dejarme.

Algunas huellas serán efímeras, otras indelebles, a merced de un gesto inestable o, por el contrario, demasiado decisivo. O vacilación, o ira, pero siempre fragilidad. Fragilidad del momento, fragilidad del papel, fragilidad del color.

El objetivo es permanecer el mayor tiempo posible sin caer, sin dar una pincelada de más, el toque fatal que romperá el equilibrio. Por supuesto, el azar tendrá su parte, pero esta oportunidad siempre será mía.

Atrévete, no tengas miedo, el pincel, el papel, la tinta siempre seguirán siendo mis aliados. Les doy la dirección a seguir, el lugar donde quiero ir, ellos me llevan allí.