Pavel Rtue

Hoy me doy cuenta de que mi obra se construye a partir de imágenes, manchas de color y líneas encontradas accidentalmente, que posteriormente se convierten en un impulso para crear nuevos significados en mi práctica artística. Asocio mi interés por los objetos ambientales con experiencias de la infancia, cuando numerosos hallazgos aleatorios, que no siempre tenían un significado comprensible para la mente de un niño, se complementaban con leyendas y propiedades mágicas. He vivido la mayor parte de mi vida junto al mar y muchas veces he encontrado objetos curiosos arrastrados por las olas. Podría ser un fragmento del mecanismo de un automóvil, una bombilla extraña, trozos de baldosas de granito: en mis manos, estos escombros cobraron una nueva vida.

Es natural para mí estar en constante búsqueda. Cada obra es una especie de imagen poética de un bolsillo lleno de artefactos. Las cosas y objetos encontrados todavía adquieren para mí un significado sagrado. Algunos objetos existen de forma natural en la obra, mientras que otros quedan obsoletos tan pronto como empiezan a utilizarse.

El principal medio de mi práctica artística es la pintura. Creo obras caracterizadas por colores brillantes y una combinación audaz de abstracción y arte figurativo. Una de las características clave es una imagen no obvia y difícil de interpretar, que consta de diferentes elementos. En cierto modo, esta técnica se parece al collage, que, sin embargo, me resulta bastante cercano. Al alejarme conscientemente de los conocimientos adquiridos en el dibujo académico, creo una composición "errónea", intentando así excluir mi propio ego del proceso, permitiendo que mi trabajo se desarrolle de forma espontánea e independiente.

Mi exploración artística se centra en combinar la narración de objetos encontrados.