Al contemplar un cuadro, apreciar una composición o comprender un paisaje, el espectador no sólo mira. Quien está frente al objeto artístico piensa, le da sentido y comienza una discusión con ese objeto. Recopilamos información de lo que observamos, pero también la asociamos con experiencias y conceptos que influyen en nuestra interpretación.
El espectador inicia un proceso de reconexión intelectual de puntos, también conocido como “puntos de conexión”. Este concepto -la capacidad de la inteligencia humana para ver más allá de lo obvio y encontrar relaciones sofisticadas- según Steve Jobs, captura información del entorno en el que nos movemos, la almacena, trabaja con ella y la analiza para dar lugar a que se manifiesten las conexiones. , aunque muy sutilmente. Dentro de la historia del arte es fácil conectar estos puntos cuando se mira hacia atrás, cuando se ha realizado un estudio historiográfico de los estilos, movimientos y cánones; pero en el arte contemporáneo parece más atrevido conectar puntos que no tienen nada en común.
Aspectos formales, técnicos y estéticos crean diálogos cruzados, y conexiones que transportan al espectador de una obra a otra, invitándolo a generar su propio viaje ya encontrar dentro de su bagaje aquellos detonantes que posiblemente desencadenen nuevas creencias. La nueva muestra de GALERIA AZUR en Berlín explora las múltiples interpretaciones curatoriales, buscando encontrar relaciones, conexiones y diálogos a partir de los múltiples puntos conectados que encarnan estas obras de arte interrelacionadas.
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