El hilo conductor de esta exposición es un homenaje a los elementos naturales: agua, tierra, viento, luz, traducidos a través de obras sensibles.
Me gustaría que los visitantes que paseen entre las pinturas se sintieran inmersos en estos escenarios hasta el punto de sentir en su piel la glicina de la primavera, las hierbas secas del verano, la frescura del agua, el frío del invierno, el viento del sur o el calor del verano.
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