Sophie Hacquart

Arquitecto DPLG, cambié mis reglas y cuadrados por el color y la fluidez del gesto en el lienzo. La pintura es para mí el campo de todas las posibilidades, una gran oportunidad para reinterpretar la naturaleza y expresar mis emociones. Aunque la composición y el equilibrio de formas son la base de todas mis pinturas, al pintar me habita una cierta ensoñación.

Me gusta especialmente el momento en que la mano se vuelve más autónoma, se libera del cerebro y refleja el alma del corazón. Ahí radica la esencia misma de mi trabajo, que me conmueve y revive. Los colores despegan, se ajustan, responden entre sí hasta el reflejo esperado. Luego viene la línea, fuerte y peculiar. Le da vida a la pintura, la hace vibrar. Me gusta explorar la vida cotidiana, los paisajes, lo que une o distancia al ser humano. La copia exacta no me interesa. Pero observar con atención, empaparse, atiborrarse, llenarse para crear un trabajo personal, una especie de ósmosis entre la realidad y mis sentimientos, ¡me gusta! Así es la vida. Metamorfosis…