Tore

De niño, nada se me resiste, desde las portadas de los discos de Elvis hasta las de Tintín y otros Super Scrooge gigantes, lo copio todo.

De adolescente, pasaba la mayor parte del tiempo en clase haciendo garabatos, caricaturizando a mis compañeros y profesores.

Luego vino la época de las etiquetas, la de Tore y la de la escuela de artes gráficas, donde perfeccioné mis habilidades. A partir de 1988, a última hora de la noche, mi firma empieza a invadir el distrito 13, uno de los lugares altos del arte urbano de la capital, donde hago mis clases en el Frigos, 91 quai de la gare.

A partir de entonces, dejé regularmente mi huella en calles, metros, tejados y catacumbas.

En 1992, pinté mis primeras imágenes sobre materiales reciclados y continué con este trabajo ocasional sobre lienzo. Aprendí que el trabajo efímero en la calle es a menudo ingrato.

Cansado de los múltiples procesos judiciales, pero convencido de que este arte menor se convertirá algún día en mayor, decido, hacia 1995, vivir oficialmente de mi arte y ofrecer frescos, ilustraciones, logotipos al mundo del espectáculo, a las asociaciones y a la prensa.

Actualmente sigo practicando un grafiti auténtico, sin ayuda de la tecnología y ejecutado esencialmente con pintura en spray.

He trabajado dentro y fuera de La Tour Paris 13 y he realizado numerosas exposiciones en galerías y frescos sobre los temas de las letras grafiteras y la fisonomía. Recientemente he participado en el proyecto de las cabinas pintadas del hotel Molitor y luego he realizado dos frescos en fachadas de edificios para la ciudad de Kremlin Bicêtre en el Val de Marne.