Manomono

En su paseo por Berlín, Mario Thronicke solía fotografiar lugares donde la ciudad había estado dividida. En su corazón, durante la época del cambio milenario donde el Muro de Berlín aún existía como fragmentos, fue transformado por grafiteros de todo el mundo en una enorme galería al aire libre y lugar de encuentro. Después de un tiempo, expuestas al proceso de erosión permanente y reelaboradas repetidamente, las coloridas estelas de hormigón de estos fragmentos se convirtieron en reliquias de descomposición y renovación. Las fotografías tomadas durante este tiempo forman la base de los trabajos actuales de Thronicke. Las obras de Thronicke describen un proceso de transición de una sociedad aparentemente en disolución que se difunde en sí misma. Impresos en lienzos de bellas artes de alta calidad y luego tratados con pintura acrílica, pintura laca, brillo y varias capas de laca para darles su carácter plástico único.