Juliette Leperlier

Juliette Leperlier, nacida en 1984, no llegó a la pasta de vidrio por casualidad, podemos hablar de herencia, de tradición familiar. Su bisabuelo François Décorchemont desarrolló esta técnica de fundición a la cera perdida a principios del siglo XX. Su padre Etienne Leperlier y su tío Antoine continuaron investigando sobre este material, el medio de su arte.

Tenía, por así decirlo, todos los elementos a mano para continuar con esta aventura artística. Pero no quería que fuera el material el que la eligiera, sino todo lo contrario que fuera ella quien decidiera domarlo. Juliette estudió artes aplicadas en escultura en ENSAAMA (Olivier de Serres - París) para descubrir otras técnicas, otros materiales y así alejarse de la herencia familiar.

Al no haber encontrado el medio que podría haber correspondido a sus expectativas de expresión, continuó su investigación en la Sorbona en artes plásticas. Donde desarrolló una práctica personal mezclando escultura en vidrio y fotografía. Al final de su Maestría, eligió no volver a la pasta de vidrio, sino comenzar una nueva exploración de la materia, empujando hacia atrás los límites de la creación.

Para ella, la pasta de vidrio es la síntesis de diferentes técnicas artesanales y artísticas que requieren muchas habilidades, escultura, moldeado, vidriería, fundición, corte, pulido, pero también conocimientos químicos y físicos del vidrio. Es un trabajo de anticipación y proyección de un tema a otro, que se enriquece al practicarlo.

En 2014, se hizo cargo del taller de su padre, para dedicarse de lleno a su creación y se convirtió en la ganadora del premio regional de los Ateliers d'Art de France.