Trabajando con flores secas, ramos frescos y flores recolectadas de su vecindario, “Cultivando la intimidad” es la reflexión de Krista sobre un año muy extraño, uno de aislamiento y repetición. Estos nuevos trabajos se desarrollaron a partir de una curiosidad de meses de observaciones íntimas con los materiales originales y una necesidad real de cercanía. El proceso de Krista, para apreciar y explorar la belleza natural, se convirtió en un acto necesario de autocuidado y la ayudó a mantener conexiones, que pensó que podrían haberse perdido el año pasado.

Las composiciones surgieron de su deseo de crear espacios que permitan relaciones íntimas con la naturaleza y las flores. Sus estudios permitieron marcas más espontáneas y le dieron la libertad de explorar las sutilezas del color. Sus piezas más grandes brindaron la oportunidad de expandir estas ideas, creando capas y marcas de pincel mientras trabajaba con referencias fotográficas, bocetos y de la vida. Algunas de las pinturas exhiben un sentimiento de nostalgia, con rosas marchitas y secas en tonos amarillos, verdes, dorados y rosas profundos. Estos cuadros contrastan con otras piezas más ligeras que buscan celebrar las floraciones que llegan de una nueva temporada. Cada pintura puede verse como parte de un ciclo eterno: algunas obras de alegría, energía y pasión y otras de melancolía y quietud.