El hecho de pintar más en la sugerencia que en la demostración permite al artista decir menos y dejar más espacio a la imaginación. Tropel considera que al desarrollar su propia interpretación, cada espectador puede apropiarse de la obra de manera más rápida y única. La asociación de materia, formas, juegos de luces y colores confiere a las obras del artista un efecto a medio camino entre la escultura y la pintura. Los lienzos de Tropel ahora están definidos por representaciones del cuerpo humano, en particular la forma femenina, y siempre asociadas con el movimiento. Su obra se sitúa en un estilo semifigurativo despojado de detalles superfluos, centrado en el movimiento, a partir de gestos caligráficos sencillos y refinados.
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