Pintura Acrilica

La pintura acrílica es una técnica muy utilizada hoy en día en el mundo del arte. Está basada en el uso de una pintura sintética, cuya pasta está compuesta de pigmentos similares a los de la pintura al óleo, y una emulsión de agua mezclada con resina como aglutinante.

Aunque el éxito actual de la pintura acrílica es incontestable, su aparición es relativamente reciente en la historia de la pintura, ya que no empezó a implantarse en Estados Unidos hasta la década de 1930. Las ventajas de este nuevo proceso (durabilidad, dureza, secado rápido), se explotaron inicialmente en las industrias de la construcción y el automóvil. En 1949, los impresores Leonor Colour y Sam Golden tuvieron la idea de comercializar este invento entre los artistas plásticos y gráficos bajo la marca de pintura Magma.

Al mismo tiempo, químicos del Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México, en colaboración con expertos en murales, también desarrollaron este tipo de textura y la utilizaron para crear los murales y frescos de la fachada de la Universidad de México.

Este material nuevo encontró un público importante en el mundo del arte con representantes del expresionismo abstracto como Willem de Kooning, Mark Rothko y Morris Louis. Pero fue en 1963 cuando la pintura acrílica conquistó verdaderamente el mundo del arte bajo el nombre comercial de Liquitex. El golpe de genio vino de Henry Levinson, que volvió la pintura soluble en agua, no sólo en trementina. Esto facilitó su uso y, sobre todo, su accesibilidad.

Las leyendas del pop art Andy Warhol y Roy Lichtenstein hicieron inmediatamente del acrílico su material favorito. La pintura acrílica, históricamente despreciada a favor de la pintura al óleo que era el símbolo de las bellas artes, se vio muy beneficiada por el aura de esos iconos de la historia del arte. Las mentalidades estaban  cambiando, y la pintura acrílica atrajo a un público cada vez más numeroso entre los artistas.

Nacido en América, este nuevo material se exportó a Europa en 1965, gracias al pintor belga Pierre Alechinsky, que contribuyó a popularizarlo en el círculo surrealista de Europa Occidental a su regreso de Nueva York. Fue entonces cuando Joan Miró y Max Ernst también empezaron a mostrar su preferencia por la pintura acrílica, que entretanto ya se había convertido en una alternativa legítima a la pintura al óleo.

De hecho, las dos técnicas de pintura sobre lienzo se oponen en varios puntos determinantes. Para muchos, la pintura acrílica es un material más acorde con la vertiginosa modernidad de nuestro tiempo. Mientras que la pintura al óleo requiere mucha paciencia y se agrieta con frecuencia, la pintura acrílica se caracteriza por su secado rápido que no necesita barniz, su gran resistencia al agua y, sobre todo, su conservación casi infalible.

Por otra parte, la resina acrílica se adapta a todos los soportes, ya sean de vidrio o de tela, y su material permite complejos juegos de espesores y relieves sin afectar nunca a la pureza del color. Así lo atestiguan la obra de pintores contemporáneos como Julien Colombier, Severine Dietrich, Hyunah Kim y Ronald Hunter, así como la de otros muchos pintores de talento que descubrirá en nuestra selección.