Una historia íntima de relaciones interpersonales plasmada a través de las obras, convierte el recorrido por las galerías en un guión que busca encontrar el sentido del arte contemporáneo.
El teórico del arte Jacob Burckhardt entendió el arte y otras producciones humanas como un eslabón en la historia de la cultura mundial. Sostuvo que el arte de cada período es una expresión completa del espíritu en el que se produce, no ajeno a la religión, el estado o los intereses del capital. Todo influye en sus manifestaciones siendo, por tanto, corresponsable del desarrollo de la historia misma.
Desde este punto de vista, el arte contemporáneo y sus diferentes expresiones son un fiel reflejo de lo que vive la sociedad actual. El panorama muestra una gran diversidad y comprende un conjunto muy heterogéneo de prácticas artísticas así como diferentes enfoques a la hora de delimitar el período que abarca. Comprender el arte contemporáneo es comprender los conflictos, las realidades y las sociedades y conocer el arte nos lleva infaliblemente a comprender al hombre.
Como en la película de James Gray, AD ASTRA, la nueva exposición de la Galería Azur Madrid es un viaje inesperado y metafórico del espectador que, abrumado por la diversidad de estilos, recorre las imágenes se convierte en testigo de una otredad o de muchas, al mismo tiempo que se ve desafiado por el espíritu crítico de las nuevas expresiones contemporáneas. La fusión de movimientos artísticos, la búsqueda de la originalidad, el valor de la experimentación y los procesos y la creación de nuevos procesos y la creación de nuevos discursos forman parte del amplio campo de acción que hoy se presenta en la Galería como un esquema que rompe con la unidad artística en una “odisea espacial” que expone más preguntas que respuestas en relación a la producción artística.
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