Aurore Michel-Grégoire

A primera vista, las pinturas de Aurore Michel Grégoire nos transportan a un espíritu casi cartesiano: la composición es refinada, geométrica y las zonas planas están ejecutadas a la perfección. Tenemos la impresión de que nada se nos escapa y sobre todo que a él nada se le escapa.

Sin embargo, es bastante diferente. Cada obra de Aurore esconde un pensamiento onírico, a veces un poco confuso, ligado a lo místico o incluso al gesto automático.

Los temas tratados son amplios y profundos. El artista cuestiona a menudo nuestra sociedad contemporánea con humor y delicadeza. Le gusta reinterpretar los grandes clásicos de la Historia del Arte y trasladarlos a nuestro tiempo.

La pintura también le permite expresarse cuando las palabras no pueden. De hecho, cuando aborde otros temas, pregúntele el por qué de un color o de un carácter determinado, sus labios permanecerán sellados si la inspiración proviene directamente de su jardín secreto.

A Aurore le gusta combinar su estilo contemporáneo con un marco dorado y volutas antiguas. El contraste parece corresponder perfectamente a la paradoja de sus obras que oscilan entre el rigor y la sensibilidad. De esta audaz mezcla surge cierta elegancia.

Audacia, elegancia… términos que encajan tanto con las obras como con el artista. Con una apariencia de soltura, seguridad y convicción, esta marsellesa autodidacta decidió seguir su instinto y su pasión en 2017. Desde entonces, nada la detuvo. Derribó puertas y subió la laboriosa escalera de la vida del artista con una facilidad y rapidez fieles al encantador toque de despreocupación que la caracteriza. Una girl power que se atreve a salirse de lo convencional para superar sus límites.