Edvard Munch

Nacido en Løten, Noruega, en 1863 y fallecido en Ekely en 1944, Edvard Munch es uno de los principales artistas de la transición entre el simbolismo del siglo XIX y el expresionismo del siglo XX. Pintor y grabador, es mundialmente conocido por su icónica obra El Grito, que se ha convertido en un símbolo universal de la angustia existencial moderna.

Procedente de una familia modesta, Munch se vio profundamente afectado por los sucesivos duelos de su madre y sus hermanas. Estos dramas personales alimentan los temas recurrentes de su obra: la enfermedad, la muerte, la soledad, el amor destructivo. Se interesó por la pintura desde muy joven y se formó como artista en Christiania (actual Oslo). Comenzó con la pintura naturalista antes de adoptar un estilo más personal, influenciado por el simbolismo y artistas como Gauguin .

A partir de la década de 1890, Munch desarrolló un universo visual único e introspectivo. Sus obras expresan los tormentos del alma humana con una fuerza emocional sin precedentes. Su estancia en Berlín en 1892, donde provocó un escándalo con una exposición considerada demasiado atrevida, marcó un punto de inflexión decisivo. Luego frecuentó círculos literarios y artísticos progresistas, colaboró con Strindberg y exploró el grabado, la litografía y la xilografía, medios que dominó brillantemente.

Entre sus series más famosas, El Friso de la Vida encarna su visión trágica de la existencia, donde coexisten el amor, los celos, el miedo y la muerte. Allí pintó, en particular, La danza de la vida y Madonna, obras que demuestran su estilo único que combina intensidad psicológica, composición estilizada y colores apagados.

A pesar de los problemas mentales que lo afectaron en la década de 1900, Munch continuó produciendo prolíficamente. También se dedicó a encargos públicos, incluidos los frescos monumentales para la Universidad de Oslo. A partir de 1916 se retiró a Ekely donde continuó pintando hasta su muerte, explorando nuevos temas, como el mundo del trabajo o los paisajes noruegos.

Precursor del expresionismo alemán, Munch influyó profundamente en artistas como los del grupo Die Brücke. Su obra, rica e introspectiva, consta de más de 1.000 pinturas, 15.000 grabados y 4.000 dibujos. El Munchmuseet de Oslo conserva la mayor parte de su patrimonio.

Hoy en día, Edvard Munch sigue siendo una figura fundamental en la historia del arte moderno, celebrado a través de numerosas exposiciones internacionales, especialmente en París, Zúrich, Berlín y Frankfurt. Su universo atormentado continúa fascinando y sus obras aún resuenan con las preguntas de nuestro tiempo.