Un Saludo a mi Patria.
Estoy vestido con el suelo de mi país, no abandonaré el suelo, no abandonaré mi país. Recojo mi dolor personal, recojo las penas de mi patria muerta. Refúgiate en un sueño con esperanza, con hermosa paciencia, con sabiduría y con voluntad, y evita la tragedia, evita que el desastre y las desilusiones del tiempo, alcancen la victoria sobre mí. Las heridas son gruesas, los caminos son oscuros y cerrados, y las bestias roen el cuerpo de la ciudad y se posan sobre sus ruinas.
Las heridas sanan, la mente se calma, arreglo las penas, conjuro los espacios de colores y empiezo a restaurar la faz de la tierra, declarando la paz, levantando su bandera, en busca de la luz, o del ala de un pájaro, o de una rosa. que emana su olor de los gemidos de los escombros. Antes de la gran explosión, antes de la erupción de sus volcanes, mi Naturaleza era mágica, inspiradora, luminosa y serena. La pinté y coloreé como si fueran fuentes de luz y alegría: Coqueteando con las nubes de su Primavera y Verano, con la tibieza de sus nieves, con el calor de los ladrillos, con la serenidad de la tierra después de las épocas de siega y la recogida de aceitunas. Disfrutando sus amaneceres y atardeceres, sus noches de luna, vislumbrando las montañas custodiando los llanos, su quietud, su diálogo con el cielo, sus nubes coqueteando con la bruma, y su sol huyendo al atardecer, pero con la promesa de volver. Nuestra tierra es nuestra madre, de su dulzura creo esplendor. Sus dolores son dolores maternales, sus temblores incitan a los nacimientos de la creación. Las obras de esta etapa se caracterizan por sus vivos colores y sus luces brillantes. Se caracteriza por diferentes densidades de colores y texturas en la textura sensorial y visual, y espacios que llaman a la alegría y al orgullo, en las oraciones de las estaciones y el cambio de sus climas entre el amanecer y el atardecer, y en captar las tentaciones y deseos de luz.
De repente, sin previo aviso y debido a una rabia misteriosa, los sueños se desvanecen: la luz se retira, los horizontes se oscurecen y la ciudad vuela. La oscuridad prevalece y la muerte cosecha multitudes de seres queridos en mi país Los cuerpos se mezclan con puertas y ventanas, piedras, polvo y oscuridad, y todos los caminos conducen a lo desconocido, a la oscuridad aplastante. La esperanza se convierte en espejismo ante las ruinas de la ciudad rendida y sus furiosas entradas. Los sueños se desvanecen sobre las ruinas, en la caída de los desengaños, la oscuridad de los caminos y el fondo del abismo. En esta era, mis sentimientos se congelan, mis habilidades creativas se estancan y mi deseo de formular obras de arte que encarnan el horror de la tragedia se paraliza. En la lucha de reflexiones, obsesiones y sufrimientos, en las amarguras y horrores del duelo, mis pinceles, pinturas y cinceles esperan el momento que me lleve al papel blanco, a la tela, a la piedra. ...
Y cuando amainen los terrores de las emociones y las tempestades, cuando la tierra de ceniza recoja sus penas, para declarar que es tierra de paz y de amor en tiempo de guerras, y cuando decidan levantarse de la depresión de sus desengaños y sanar sus heridas, y cuando se arman de esperanza para que la patria no sea cementerio ni destierro, recupero mi salud creadora, y decido plasmar en el color a través del movimiento esta etapa crítica de la historia de nuestro país, pero sin tensión, sin franqueza, dejando mis sentimientos artísticos para enmarcar este evento solemne con obras que siguen siendo testigos estéticos propositivos. En esta colección de obras, el tema se desplaza del campo a la ciudad, con sus edificios y escombros. Me concentro en la dispersión de edificios y lo que contienen, y en espacios estrechos, comprimiéndose con colores opacos devorados por la dispersión de aberturas y derrumbes de puertas y ventanas, sugiriendo ruina y fragmentación. Es como si detrás de cada agujero un ojo humano fuera testigo del duelo y sus horrores. Desde el seno de este huracán, la esperanza se cuela en esta oscuridad, ampliando el espacio de alguna luz para que la esperanza y la resurrección respiren en el espíritu de la patria y sus componentes, en una mirada optimista destinada a refrescar las almas y calmar la congestión, esperando que este momento estético y humano será nuestra oportunidad de nuevos comienzos.
- Marún Hakim | 1 junio 2022
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