Pinto:
Es a partir de materiales reciclados que desarrolla su repertorio visual: metal, madera, piedra, objetos manufacturados, siempre ensamblados con mucha adecuación. Ya vislumbra, nada más recogerlos, qué posibilidades de expresión, de vida y de movimiento encierran, su montaje pretende hacer aflorar la chispa de vida que este material recogido parece contener ya desde el principio. Porque para él, ningún material abandonado y recogido es completamente inerte. Siempre vivo y portador de posibles evoluciones, los materiales que recolecta lo invitan constantemente a jugar y dialogar. Una invitación a la que no deja de responder, con notable economía de medios, absoluta fluidez de estilo y perfecta precisión de expresión. Para esta exposición, entre otras cosas, ha seleccionado algunas aves del repertorio de su vasto bestiario y también ha traído algunas figuras humanas, muy a menudo representadas formando grupos.
Brigitte Wagner:
Su práctica artística se deriva de su descubrimiento de diferentes países del Este. Sus estancias y viajes a Teherán, Marrakech y Rabat despertaron su gusto por las miniaturas persas y mogoles. Ahora desarrolla esta forma de expresión a su manera, en gouache y acuarela sobre papel, entregando poesía estilizada concentrada en sus pequeños formatos. Después de haber declinado las posibilidades de expresión de estas miniaturas en un repertorio claramente orientalista, lleva tiempo aclimatando su vocabulario a un repertorio más amplio de regiones del mundo, incluyendo también países más occidentales y del norte. Operando un sincretismo entre las formas de las miniaturas orientales y las conocidas por los iluminadores y cartógrafos europeos de la Edad Media y el primer Renacimiento, inventa un universo onírico muy personal para ella y que evoca poéticamente los paisajes, los jardines, las ciudades y los monumentos de estas diferentes partes del mundo donde se quedó. Para esta exposición ha reunido piezas que evocan Marruecos, Nepal, la ciudad de Montreal y la Provenza.
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