Esta exposición está dedicada a las musas que rondan la mente y pueblan los lienzos de Clément Verdière.
El pintor se inspira incansablemente en la belleza femenina... Como tantos otros antes que él, quizá... ¿Pero cómo podemos culparlo?
Su pasión, llena de fuego y delicadeza, se alimenta de la eterna fascinación del hombre por la mujer.
Bajo su pincel, las curvas se dibujan con sensualidad, los rostros se armonizan en perfecto equilibrio y las miradas atraviesan el lienzo. La escena, aunque congelada, rebosa vida. Captura toda la vibrante tensión de la belleza en movimiento.
A través de su obra, Clément Verdière celebra y venera a la mujer: musa, amante, enigma.
Un poder que transfigura en pintura, con emoción y devoción.
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