Françoise Nielly

Nacida en Marsella, Françoise Nielly estudió Bellas Artes. A su manera, Françoise Nielly rehace el rostro humano en cada una de sus pinturas. Y lo vuelve a hacer también, con un ariete, heridas de arma blanca con cicatrices en la cara. Las explosiones de vida que emergen de sus cuadros nacen de un clinch con el lienzo. El color se lanza como un proyectil. Su energía le da a cada toque la intensidad de una vibración sonora. Las manchas de pintura son toques musicales, disonantes y ruidosos como la vida. Pero en el espacio de la pintura, se armonizan en un solo sello que, a cada uno de los rostros, le da su alma. Tienen la belleza irónica de fantasías o fantasmas con ojos fascinantes y fascinados. Las pinturas de Françoise Nielly son prueba de ello. Françoise Nielly opone, impone a la vista, estos retratos, cada uno de los cuales, desde un ángulo diferente, pero cada vez repetido, expone el rostro violento de la vida.