Mattevski

Mattevski no es el pintor de un arte gratuito centrado únicamente en la búsqueda de implicaciones estéticas. Intenta a través de toda una red de signos gráficos, a veces libres, a veces geométricos, expresar las vibraciones más íntimas de su mente. Su relación visceral con el silencio del universo global es su mensaje.

La pintura de Mattevsky denuncia un movimiento perpetuo en un mundo infinitamente distante. Allí encontramos las tres formas básicas de la geometría euclidiana: cuadrado, círculo y triángulo. Desde este punto de vista, la noción abstracta o figurativa pierde su significado tradicional.

¿A dónde va la línea recta sin fin?

La respuesta a esta pregunta quizás nos dé la posibilidad de vislumbrar una nueva visión del espacio. ¿Es esta la oportunidad única para que todos nosotros nos liberemos visualmente de la superficie plana?

Sin duda, Mattevski se encamina hacia este mundo donde el sol y las estrellas, anuncian su atrevida y personal búsqueda. Sus pinturas liberan una energía inmensa, una acción de no lugar.

En este mundo terrenal de rápida transformación, el regreso a la fuente de materia y energía es una actitud fundamental para Mattevsky.

Captar la realidad pictórica, espacio-dinámica.

Es normal que este proceso se base en la multiplicación ordenada de formas y líneas alrededor de una masa central: la vida.