Mario Tarantino

La distintiva fotografía contemporánea de Mario Tarantino se expresa mediante el uso del espacio negativo, composiciones minimalistas y contrastes impactantes. Su incansable búsqueda de lo surrealista le permite transformar lo ordinario en extraordinario, creando imágenes cautivadoras que ofrecen momentos de escapismo estético. Trabajando principalmente en monocromo, sus imágenes son audaces pero equilibradas, creando un lenguaje visual que le ha valido numerosos premios internacionales, incluyendo múltiples reconocimientos como Fotógrafo del Año.

Expuesta en ciudades como Tokio, Budapest, Santa Cruz de Tenerife y Atenas, su obra ha alcanzado un público global y se ha incorporado a colecciones corporativas y privadas de todo el mundo. Su visión artística tiene una gran resonancia entre los coleccionistas de fotografía que buscan no solo la excelencia técnica, sino también la capacidad de una imagen para perdurar, sugerir y evocar.

Su perspectiva artística se desarrolla en tres géneros principales: arquitectura, paisaje y fotografía callejera, cada uno abordado de forma purista, utilizando elementos mínimos para capturar lo sublime a través de la simplicidad. Gran parte de su obra se crea en condiciones de poca luz, donde la suave iluminación da lugar a imágenes evocadoras con una atmósfera futurista que se ha convertido en su sello distintivo.

Su fascinación por el juego de luz y sombra, la textura, el tono y la forma se refleja en cada pieza, revelando su profundo amor por la fotografía estética. Mario usa su cámara como un pintor usa el pincel, no solo para capturar una imagen, sino para transmitir una idea, una visión interior o compartir su singular sentido de la belleza.