Fatimah Hossaini

El 15 de agosto de 2021, medios de todo el mundo anunciaron la captura de Kabul, la capital de Afganistán, por parte de los talibanes. Detrás del relato mediático, detrás de las cifras, detrás de las leyes, cada una más absurda que la anterior, se esconden historias personales, rostros, vidas que cambian para siempre. Fatimah Hossaini nació en 1993 en Teherán, Irán. Sus abuelos habían abandonado su país, Afganistán, durante la guerra contra la Unión Soviética. Así pasó Fátima su infancia lejos de Afganistán. El racismo omnipresente en las instituciones iraníes hacia los afganos le hizo comprender desde muy joven que nunca sería reconocida como iraní. En 2013, mientras estudiaba en la Universidad de Teherán, tuvo que regresar a Afganistán para realizar trámites administrativos. Este primer regreso a sus raíces es una descarga eléctrica. Tras licenciarse en fotografía en la Universidad de Teherán, se fue a realizar reportajes fotográficos a Afganistán, la República Democrática del Congo y Asia Central, antes de que le ofrecieran un puesto en la Universidad de Kabul (Afganistán), donde se instaló definitivamente desde 2018. Su vida se construyó entonces entre Kabul y Teherán hasta que los talibanes llegaron al poder. Amenazada por este último, es el comienzo del exilio para Fátima.

Fatimah encontró refugio en Francia, primero en el Atelier des Artistes en exile, antes de unirse a la residencia en la Cité Internationale des Arts de París. Se lleva sus fotografías con ella. Como historiadores del arte contemporáneo debemos pensar en las imágenes que marcarán nuestra época. ¿Cuáles serán las imágenes que marcarán el inicio del siglo XXI? Hay obras por las que no hace falta argumentar ni convencer. Porque es obvio. Las imágenes tomadas por Fatimah Hossaini han dado y siguen dando la vuelta al mundo, en las redes sociales o en nuestros medios de comunicación más tradicionales. Seguirán siendo una referencia en las décadas siguientes. Su obra es un pedazo de historia. De la Historia de Afganistán, pero también de la historia de todos nosotros. Porque todos nos hemos enfrentado a sus fotografías. Dentro de 10 años los encontraremos en los libros de historia de nuestros hijos.

En Afganistán, Fatimah Hossaini ha centrado su práctica artística en torno a cuestiones de identidad y género. En Irán siempre se ha mostrado una imagen muy oscura de las mujeres afganas. Sin embargo, cuando llegó allí, se encontró por primera vez confrontada con su fuerza, su resistencia y su belleza. Así nació su serie “Belleza en medio de la guerra", que documenta la vida cotidiana de las mujeres afganas fuera de las limitaciones de la opresión patriarcal y las restricciones de género de su país. Lejos del oscuro niqab, las mujeres que fotografía van vestidas con vestidos tradicionales afganos. Imágenes que contrastan con el discurso permanente en torno a la guerra y el burka que se transmite en Occidente. La obra de Fatimah Hossaini habla de otra cosa. Sus fotografías hablan de la belleza de las mujeres afganas, de la diversidad de su país, pero sobre todo de los puntos comunes. que unen a las mujeres afganas con otras mujeres de todo el mundo. ¿Realmente necesitamos decir cuán valientes son estas mujeres? Sí, tienen coraje, es desgarrador.