La obra abstracta figurativa de Sunyol retrata las calles tranquilas y las callejuelas estrechas tan típicas del Mediterráneo, desprovistas de gente, pero se siente su presencia. Las líneas simples y las divisiones están en el corazón de sus composiciones. A menudo retrata hábilmente la delicada luz del sol y las sombras que proyecta por la tarde, pero últimamente los óleos brillantes y la espátula se unen para inundar sus lienzos con un color audaz y confiado. Las obras de Sunyol nos trasladan a las tardes mediterráneas, cuando las calles están a punto de llenarse y el sol está a punto de dejar un cielo vacío. Sientes el calor y la humedad salada mientras caminas con tus sandalias habituales; 'uno no necesita mucho más para ser feliz', piensas para ti mismo. Quizás Sunyol estuvo de acuerdo con ese pensamiento mientras pintaba las avenidas silenciosas.
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