Marcelo Suaznabar

Marcelo es un artista visual autodidacta, nacido en 1970 en Oruro, Bolivia. Tuvo pasión por el dibujo desde pequeño, motivado por su tío Enrique Suaznabar, fotógrafo profesional. Centrándose únicamente en el dibujo como fuente principal de sus creaciones, mostró un gran interés por el arte y comenzó a utilizar acuarelas, pasteles y lápices de colores. Marcelo desarrolló gran parte de su obra en su ciudad. En 1992, Marcelo viajó a Chile para asistir y realizar un curso en la Escuela de Arte del Centro de Extensión de la Universidad Católica. En diciembre de 2001 se mudó a Canadá con su esposa. Continuó progresando utilizando un lenguaje surrealista y simbólico, un lenguaje estético que abarcó toda su obra. Libera su imaginación, explorando y examinando temas universales que preocupan al ser humano, el paso del tiempo, la belleza, la naturaleza, el miedo, las tentaciones y la muerte.

Declaración del artista:

Mis pinturas siguen la tradición de alegoría y didactismo de artistas como Hieronymus Bosch. También utilizo elementos de la tradición surrealista, aunque mis imágenes no son automatistas. Tienen más en común con el surrealismo, como acceso al mundo subconsciente o onírico. Crecí en la ciudad de Oruro, en la región del Altiplano del sur de Bolivia, que es parecida a un desierto, pero paradójicamente conserva un sentido de lo mágico. Mi padre tenía una granja allí y he desarrollado una afinidad instintiva con los animales y el paisaje. Algunas de mis pinturas utilizan escenarios desolados que se remontan a esta región. Combino animales con humanos en formas híbridas. Intento buscar respuestas y contemplarlas. Necesito expresar pensamientos y visiones, y expresar visualmente con el lenguaje del color. En mis figuras está el simbolismo de la naturaleza, el progreso del tiempo, la vida, la muerte, el universo y la confusión de la propia mente humana. Mis intenciones conscientes son un comentario sobre la catástrofe ambiental que se vuelve cada vez más inevitable, debido a la estructura de la sociedad humana, con toda su codicia y tentación para el alma. Mi imaginación me lleva a lugares misteriosos. El arte me permite compartir esas realidades. Busco atraer el inconsciente a la conciencia a través de imágenes y simbolismos surrealistas, para ofrecer acceso al subconsciente.