

Biografía
Nacida en Cocody, Abiyán, Maïcha, de 22 años, supo que quería ser pintora hace apenas tres años. Comenzó a dibujar por pasión a temprana edad, pero fue el entusiasmo y las reacciones positivas de sus allegados hacia sus obras lo que la inspiró a seguir una carrera como artista.
100% autodidacta, probando varias técnicas varias veces hasta conseguir el resultado deseado. También da rienda suelta a su imaginación y creatividad.
Su inspiración proviene en gran medida de todo lo que le rodea: la naturaleza, la gente, sus historias, sus sentimientos y los suyos propios. Maïcha utiliza todo lo que encuentra a su alcance: rotuladores, pasteles, acuarelas, pinturas al óleo, pero admite tener preferencia por los acrílicos, que utiliza constantemente. Sus pinturas, a menudo una expresión subjetiva de las emociones y sentimientos que puede sentir dentro o alrededor de ella, son representadas libremente como ella desea.
Cuando se encuentra con bloqueos creativos, Maïcha la mayoría de las veces cambia de entorno, realizando pequeños viajes de descubrimiento para aprender y ver cosas nuevas que puedan inspirarla.
Ella quiere que la gente pueda identificarse con su arte, que pueda sentir las emociones que surgen de él. El mensaje que quiere transmitir a través de sus obras es que las profesiones artísticas no son inaccesibles para su comunidad, no son sólo profesiones “blancas" como piensa la mayoría.
Está especialmente orgullosa del cuadro “All Eyes on Me", que es su representación de la situación de un suscriptor con discapacidad en las redes sociales, y del cuadro “Kakorrhaphiophobia", que es la representación de uno de sus mayores miedos, que de fallar y decepcionar a quienes están cerca de él.
Sus objetivos futuros son aprender tantas técnicas como sea posible, empezando por el graffiti y la escultura, que le intrigan mucho. Luego le gustaría trabajar en proyectos urbanos. Le gustaría ver sus obras en galerías de todo el mundo, incluida la de Dakar, que es la ciudad de su corazón.
Sus obras son pedazos de ella, de su personalidad, de sus alegrías, de sus locuras, de su imaginación, de sus sueños, de sus miedos, de sus inseguridades que comparte. Lo que la define como artista, además de la autenticidad, es la libertad que pone en sus obras que no siguen ninguna regla técnica y que se diferencian entre sí por los temas abordados y los colores.
