Julien Jubault

Pintor francés afincado en Barcelona, siempre me ha fascinado la abstracción. Fue natural que avanzara hacia el expresionismo abstracto como forma de expresión, tanto por la infinidad de posibilidades que ofrecía como porque la abstracción me proporcionó mis mayores emociones artísticas. Fue primero a través de la historia, mi primera pasión, que me interesé en los años 1940 y 1950, luego en el arte, la decoración y la literatura de este período que nutrió mi cultura visual e influyó profundamente en mis elecciones artísticas.

Pintar equivale a fijar el tiempo, a representar un momento, una idea, un paisaje. Esta actividad se ha convertido gradualmente en una necesidad vital. Mi proceso creativo parte de un proyecto inicial, tanto intelectual como visual, modificado mediante la aplicación de diferentes capas. Las correcciones y mejoras transforman gradualmente el renderizado del terminal para lograr una forma de equilibrio óptico. Las formas orgánicas, los recuerdos y las sensaciones son, en mi trabajo, simplificados, transformados, mal manejados, en un proceso de materialización visual. Mi trabajo incluye una reflexión sobre la perspectiva y la profundidad, mediante el uso de formas estructurantes simples. Luego se suavizan mediante capas y contraste. Trabajo principalmente con acrílico, sobre lienzo, con adiciones de pintura al óleo, cáscaras de nogal y elementos minerales para darle textura y relieve.

Profundamente apegado a España y a los paisajes de Galicia en particular, sigo sin embargo marcado por mis orígenes. Fue en el campo del oeste de Francia donde sentí por primera vez la belleza de la naturaleza y el mundo vegetal. Existe, por tanto, en mi producción esta fascinación por lo natural y su contemplación, mantenida por una observación sensible de nuestros espacios habitables. La abstracción posibilita la transformación de lo visible y nos permite nutrir la mirada con nuevas imágenes e impresiones. Por tanto, es esta libertad la que elegí como vector de expresión artística.