Jean-Marie Cloarec

En 2005 me atreví a meter las manos en la tierra y desde entonces siempre se me ha quedado pegada en los dedos.

Conocí la cerámica gracias a un maestro taiwanés: Huan Tang Chiu. Posteriormente, perfeccioné mi enfoque en Sudáfrica. Estas dos experiencias me permitieron tener una visión más artística de la cerámica. Desafortunadamente, para muchos, la cerámica se confunde con la alfarería y se considera una artesanía artística. Esta visión limitada, lamentablemente, lleva a que muchos ceramistas sean considerados artesanos y no artistas.

Estoy muy influenciado por ceramistas japoneses, taiwaneses, chinos y coreanos. Esta influencia se refleja en mis creaciones. Mi técnica autodidacta (no estudié) me permitió experimentar libremente y descubrir métodos innovadores para dar forma y esmaltar mis piezas.

Trabajo con gres (liso, chamota), loza y porcelana, con preferencia por la arcilla de papel. Cada pieza es única y se trabaja sobre una losa.

Fabricar una pieza puede llevar mucho tiempo, pero no me gusta la simplicidad. Mis piezas pueden esmaltarse, pero también pueden quedar crudas. Las cuezco a 1040 °C en un horno eléctrico de oxidación.

Me gusta jugar con las formas, con el espacio y el vacío que las rodea y las hace existir. Me gusta experimentar con nuevas formas y mezclar materiales: arcilla, madera, piedra, metal, caña, etc.

La arcilla se moldea para hacer jarrones, pero su uso depende del vacío interior (Lao Tzu).