

Biografía
Mathias Méndez, también conocido como BEBAR, es un artista emergente de arte callejero francés. Nacido en 1993 en Vitry-sur-Seine, en la región de París, hereda una cultura dual franco-española que influye en sus referencias y su obra artística.
Niño hiperactivo, sólo el dibujo consigue canalizarlo y mantenerlo concentrado. Así nunca dejará de dibujar.
Cuando era un joven adolescente, recibió su primera pintura en aerosol a la edad de 13 años y muy rápidamente descubrió el funcionamiento del graffiti parisino. Firmó su primer muro en 2010 y se unió al MAC Crew (movimiento internacional de arte callejero con proyectos y festivales conjuntos). Es entonces cuando la cultura urbana se contagiará de sus inspiraciones artísticas.
La práctica transgresora del graffiti se contrastará con estudios académicos en Arts Décoratifs en París y en The Parsons School en Nueva York.
Es de esta constante ambivalencia entre el arte callejero y el arte académico que nació su enfoque artístico. Dualidad que también se encuentra en la forma que toman sus obras; a medio camino entre la figuración y la abstracción.
En 2014, BEBAR inició un punto de inflexión decisivo en su práctica. Aburrido del graffiti tradicional, busca renovarse. Durante un fresco, reinventa a su personaje favorito, deconstruyéndolo en formas ovoides y jugando con los colores saturados de sus aerosoles. Esta transición estilística se inspira en la observación de lo infinitamente pequeño: células, bacterias, virus o moléculas se convierten en fuentes de inspiración, tanto en sus formas orgánicas como en sus matices cromáticos.
La práctica del gran formato, heredada de sus años en los muros urbanos, empuja a BEBAR a perfeccionar el uso del aerosol, su herramienta favorita. Médium que aporta espontaneidad, control pero también accidentes a su trabajo. Esta herramienta requiere destreza y grandes movimientos que dan lugar a su estilo en constante proliferación.
En sus frescos, BEBAR cuestiona la mirada del espectador. La abstracción de sus composiciones involucra la imaginación y provoca la introspección, como un test de Rorschach: ¿Qué nos muestra el artista? O mejor dicho, ¿qué queremos ver? Cada espectador proyecta su propia interpretación, oscilando entre el mensaje inicial del artista y una lectura profundamente personal.
Más allá de la simple contemplación, BEBAR nos devuelve al niño que cada uno de nosotros lleva dentro, aquel que se maravilla ante las formas y los colores, pero también aquel que lucha por concentrarse ante un mundo en perpetuo movimiento.
Nacionalidad
Categorías
Movimientos artísticos
Temas
