Sylvie Julkowski-Egard

Sylvie JULKOWSKI-EGARD se inspira principalmente en su entorno, por eso trabaja en series sobre temas recurrentes.

En la serie "MIS NIÑAS" la pintora se inspira en situaciones que observa en la sociedad o en su entorno para ofrecer una interpretación personal (la ruptura con "un terremoto ordinario", la rivalidad en "El Elegido", el Bien y el Mal en "Alter Ego", "El Hold", etc.)

Trabaja en colaboración con su hija, quien le sirve de modelo para crear escenas que servirán de base a sus obras. A veces utiliza algunos símbolos que le servirán de claves de lectura.

Utiliza todo tipo de herramientas, pinceles y salpicadores para expresarse, así como una paleta de colores matizada. En sus escenas de género, desarrolla especialmente la expresión del sujeto, la mirada, reflejo del alma, mientras que el entorno se pinta con mayor energía.

La serie “PAISAJES URBANOS" permite a la pintora acercarse a una estación que le encanta por sus sombras y colores vibrantes: el verano.

Su principal inspiración es París, la Ciudad de la Luz, donde pasa parte del año. Recientemente, se ha centrado en la vida humana en la ciudad, capturando momentos fugaces ("Vibraciones urbanas", "Convergencia", etc.), pequeños momentos cotidianos (terrazas de café), a veces con encuadres inusuales ("Una escapada de verano").

Utiliza colores brillantes y todo tipo de herramientas según su técnica preferida para hacer vibrar el tema.

"REFLEXIONES SOBRE EL PASO DEL TIEMPO": La pintora optó por representar vehículos de transporte al estilo de las antiguas pinturas de Vanitas, es decir, representando el desgaste del tiempo, el óxido, los agujeros y la decadencia. Aquí también, prefiere un encuadre particular, sacando el objeto de los límites de la pintura para hacerlo más imponente. Al igual que nosotros, estos vehículos simplemente pasan, pues el paso del tiempo es inevitable. Pinta vehículos con formas redondeadas y sensuales y colores brillantes.

"LOS RETRATOS": Sylvie JULKOWSKI-EGARD retrata a las mujeres no como pretexto para un discurso político, social o filosófico, sino como parte integral del propio proceso creativo. Le permiten dar rienda suelta a su creatividad, impulsar su proceso creativo y añadir una dimensión poética a su obra. Al fusionar tradición y modernidad, yuxtaponiendo elementos realistas y motivos abstractos, se crea una fusión de lo tangible y lo intangible.