

De la piedra vertical al arco del tiempo: la escultura monumental de Éric Théret
Biografía
Para Éric Théret, la monumentalidad nunca es un fin en sí misma. No es la expresión del poder ni del impulso heroico, sino el resultado de un diálogo lento y exigente entre la mano humana y la materia antigua. En sus obras de granito –en particular una serie de arcos que llegan a pesar 18 toneladas– se establece una tensión casi metafísica entre la densidad del material y la ligereza del gesto escultórico. Théret no domestica la piedra; Lo cuestiona, lo cruza, lo escucha.
En la encrucijada de las tradiciones de la escultura megalítica y las experimentaciones contemporáneas en el espacio, su obra se inscribe en una conexión implícita con los menhires de Carnac tanto como con las «Construcciones espaciales» de Naum Gabo. Pero donde Gabo utiliza el vacío como una extensión del volumen, Théret utiliza la masa para revelar el vacío: el espacio entre los arcos, los intersticios dejados abiertos, se convierten en umbrales, lugares de paso en un sentido tanto simbólico como físico.
Su enfoque recuerda al de Richard Serra, en la idea de que la escultura es un entorno para habitar, no un objeto para contemplar. Pero a diferencia de Serra, cuyas placas de acero imponen una forma de intimidación física, Théret, por el contrario, abre puertas en la materia. No cierra el espacio: lo invita. El granito, pesado y opaco, se convierte para él en un material respirable.
Encontramos en sus colaboraciones en pasta de vidrio con Daum –como– esta misma obsesión por el paso, por la luz, por el recuerdo de los elementos. El vidrio, a diferencia del granito, completa el alfabeto plástico de Théret: transparencia versus opacidad, fluidez versus solidez. Una dialéctica que podría leerse como un eco discreto de la obra de Giuseppe Penone, y más ampliamente del Arte Povera, en su deseo compartido de reconectarse con la materia prima del mundo.
La obra de Éric Théret plantea entonces esta pregunta esencial: ¿qué puede aún hacer la escultura en la era de la virtualización de la realidad? Su respuesta es clara: todavía puede fondear. En un mundo volátil, sus piedras se mantienen firmes. Marcan el territorio, ofrecen puntos de referencia. No son monumentos al pasado, sino fundamentos de la percepción.
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Soliflore Daïchi Daum bleu/parme
Éric Théret
Diseño - 25.5 x 13 x 11 cm Diseño - 10 x 5.1 x 4.3 inch
3.457 US$

Vague de rêve
Éric Théret
Escultura - 200 x 510 x 490 cm Escultura - 78.7 x 200.8 x 192.9 inch
286.110 US$



Trinité minérale
Éric Théret
Escultura - 200 x 70 x 66 cm Escultura - 78.7 x 27.6 x 26 inch
71.528 US$