Jean-Christophe Belaud

Sin embargo, había hecho las cosas en orden y siguió la ruta “clásica” para convertirse en pintor, a diferencia de otros en los que recayó la profesión de artista gracias a la providencia y la imaginación de la vida. Pero este no es el caso de Jean-Christophe Belaud. No es un autodidacta con un curso atípico. Siempre quiso ser artista, se graduó en artes visuales por la Universidad de Saint-Etienne y comenzó a ganarse la vida con su pintura en 2006.

Fue en 2009 cuando se produjo el gran punto de inflexión. A partir de ese momento aún no lo sabía, pero se iba a convertir en escultor de alfombras, ¡un artista con una técnica única, innovadora y admirada!

Estamos en mayo, es domingo y está lloviendo. Jean-Christophe se acaba de mudar a Bruselas, se aburre y se encuentra con un trozo de alfombra que trajo de su antiguo apartamento parisino. Una idea divertida cruza por su mente, la de hacer una máscara de guerrero. Un cortador, una engrapadora, pegamento y su sueño de infancia se hizo realidad. También llega en poco tiempo para encontrar cómo agregar volumen a sus obras.

Desde entonces, Jean-Christophe no ha dejado de desarrollar y perfeccionar su técnica. Comienza con una base de madera o simplemente una pata de metal y construye su estructura de adentro hacia afuera, sin hacer bocetos preliminares y sin saber realmente a dónde se dirige. Entre la influencia de las artes primitivas, la geometría sagrada y la ciencia ficción, Jean-Christophe ha construido un universo muy singular, con una técnica y un material sin precedentes. No es de extrañar que su trabajo aparezca en programas de televisión, revistas de diseño de interiores de lujo y aparezca regularmente en la prensa.

Junto a la originalidad y el virtuosismo técnico, nos encontramos ante elementos que nos hablan, que entendemos. A Jean-Christophe le gusta mezclar los símbolos que todos conocemos, corazones, estrellas, manos, etc. Las proporciones se respetan armoniosamente según la proporción áurea y la alfombra, un material pobre, nos devuelve a una cercanía familiar entre nosotros y el sujeto.

Ahí radica todo su talento, saber aunar innovación, armonía y sencillez.