Michel Trapezaroff

Procedente de una familia de artistas, Michel Trapezaroff comenzó a pintar a los 12 años.

Paisajista, marcado por los maestros clásicos, forma parte de la gran tradición realista inaugurada por los holandeses en el siglo XVII y las escuelas naturalistas rusas y escandinavas del siglo XIX.

Su concepción de la representación fiel de la naturaleza va acompañada de la exigencia de una ejecución extremadamente cuidadosa, un impresionante sentido del detalle, absolutamente único en la actualidad. Sin embargo, su pintura no puede identificarse en modo alguno con la corriente hiperrealista. Capaz de una gran intensidad de observación y sensación, "cuenta" paisajes familiares imbuidos de paz y armonía.

Sintiendo la necesidad constante de permanecer fiel a la naturaleza observada en su verdadera luz, logra, gracias a una paleta refinada, un toque preciso y una asombrosa flexibilidad en la modulación de tonos, para evocar la atmósfera específica del sitio, la estación, la hora, sin que los detalles perturben el equilibrio general.

Fruto de una sensibilidad inusual y un sólido dominio de la técnica pictórica, cada cuadro de Trapezaroff constituye una preciosa pieza de colección que proporciona emoción y ensueño de rara calidad. Beatrice Hausamann, Berlín 1993

“Michel Trapezaroff conserva un profundo respeto por el dibujo y las reglas clásicas de composición. Lejos de las modas y corrientes, reivindica este clasicismo de la escritura.

Su paciencia es infinita. Su exigencia es extrema. Está en la línea de los pintores tradicionales. Sin embargo, logra sorprender, tanto sus cuadros ofrecen una visión sublimada de la naturaleza.

Un chalet aislado en la nieve, una orilla del lago Lemán, árboles gigantes en el campo, la maleza ... tantos motivos extraídos de la vida que le gusta revelar con fuerza y poesía.

No es necesario un manual de instrucciones para comprender su trabajo. Simplemente observe y déjese llevar por la magia de este espectáculo naturalista que despliega su tranquila belleza. Estas panorámicas se iluminan con discreción y luminiscencia, revelando su intimidad en la suavidad de los colores.

El toque mesurado parece revelar el más mínimo susurro. Hay una extraña belleza, una delicada vibración en estas composiciones que parecen atravesadas por un estremecimiento de felicidad.

Revela lo intangible, enfatiza la universalidad estética del paisaje. Trapezaroff es un pintor aparte en nuestro panorama cultural. Su obra podría pertenecer a siglos pasados.

Es hoy y será mañana. Ella es simplemente hermosa y pacífica ".

Thierry Sznytka, Revista Arts News - 2008