Johnson Tsang

Nacido en 1960 en Hong Kong, Tsang sigue trabajando en su ciudad natal. De niño le gustaba dibujar, pero no lo veía como una carrera viable. En su lugar, el joven Tsang se alistó en la policía local, donde permanecería 13 años. En 1991, a la madura edad de 31 años, Johnson asistió a su primera clase de cerámica y quedó enganchado. Se despertó en él un espíritu creativo, y sólo dos años después dejó su trabajo para dedicarse a la pintura a tiempo completo.

Johnson trasladó su ética de trabajo al estudio y dedicaba más de 60 horas semanales a su oficio. Poco después de dejar su trabajo, empezó a desafiar las ideas preconcebidas de lo que se puede hacer con arcilla, ampliando los límites de la imaginación del espectador. Sus esculturas surrealistas hacen volar la imaginación, en algunos casos literalmente, ya que combina con maestría lo hiperreal con lo fantástico.

Tal vez debido a su época de policía y a su exposición a las dualidades extremas de la humanidad, cada una de sus obras trata de captar el ritmo de las emociones somáticas y humanas, plasmando intensos momentos de dolor y amor en la expresión y el entorno del sujeto. Su obra es un testimonio del conflicto interno de la psique humana.

Johnson Tsang recuerda su primer encuentro con la arcilla: "La arcilla me pareció tan amistosa, escuchó cada una de mis palabras e hizo exactamente lo que yo esperaba. Cada toque era tan relajante. Sentía como si estuviera tocando piel humana. Encontré paz y alegría en ella. Desde entonces me siento enamorada de ella".