Damilola Olusegun

Nacida y criada en Sagamu, una ciudad industrial y agrícola situada a unos 70 km de Lagos, la ciudad más grande de Nigeria, Damilola reconoció y alentó su amor por el arte cuando era adolescente. Pero no fue hasta unos meses después de su prematura muerte, a finales de 2016, cuando decidió perfeccionar sus habilidades y dedicarse seriamente al arte como forma de honrar la memoria de su padre.

En 2018, tras haber amasado una colección de obras que se sentía lista para presentar al mundo, Damilola se encontró en un callejón sin salida: ¿dónde PUEDE un joven artista mostrar su trabajo en el estado de Ogun? Incapaz de encontrar una respuesta, organizó la primera exposición de arte en su universidad, una academia de ciencias donde estudiaba microbiología. Utilizando su propio dinero y contratando a su madre y hermanos como personal de apoyo, abrió la exposición como una oportunidad para otros creativos de su escuela -incluidos fotógrafos y maquilladores-, así como artistas de otras escuelas. Las reacciones que recibió le hicieron saber que iba por buen camino y empezó a presentar sus obras a convocatorias abiertas en todo el mundo. Un año después, fue galardonada como la Mejor Artista Visual Joven de 2019 por every day Chapter.

 Totalmente autodidacta, Damilola Olusegun recurrió a tutoriales de Youtube para aprender las técnicas que admiraba en las obras de artistas profesionales consagrados. Rápidamente se decantó por los retratos como su estilo preferido. A medida que estudiaba más técnicas, también estudiaba estilos y se inspiraba en diversos artistas, sobre todo en su compatriota nigeriano Ken Nwadiogbu, que la llevó a amar el carboncillo como medio, en Clio Newt y en Juliane Berge, cuyas obras hicieron que Damilda se inclinara por el trabajo único en grandes superficies.

Aunque no aparece en sus obras, Damilola infunde en cada retrato una historia emocional que puede sentir cualquier espectador. Su obra capta el dolor de perder a su padre y la dificultad de perseguir cualquier sueño cuando las finanzas son inestables; capta los desamores universales, la frustración y las lecciones de la joven edad adulta. Pero Damilola también se asegura de transmitir esperanza, alegría y amor a través de su obra. "He empezado a incorporar flores a mis obras", dice.

"Me encanta el contraste visual de estas coloridas flores con un retrato en blanco y negro. Pero las flores son también un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, hay belleza y esperanza en cada esquina."

Con ese fin, Damilola también sirve de mentora a otros jóvenes artistas, impartiendo clases virtuales y presenciales con la esperanza de fomentar en otros el amor por el arte que se alimentó en ella.