Una fuerte atracción por la armonía y una aguda sensibilidad cromática son características inherentes a la producción artística de Emmanuel Segaut. El artista utiliza la fotografía como su herramienta de trabajo para mostrar el mundo de manera diferente: como un niño que descubre su entorno por primera vez, Emmanuel se sumerge en el material y juega con él transponiendo sus propiedades físicas más allá de la 'imaginación'. Rico en un vocabulario visual y conceptual, estos espacios para la mirada son una experiencia introspectiva que nos devuelve al lenguaje pictórico de Mark Rothko.

Como este último, Emmanuel utiliza un máximo de composiciones ligeras y geométricas para transportar al espectador a un mundo sensible que raya en lo espiritual. La obra “Eléctrica” es un ejemplo de lo que acabamos de decir: un gran abrigo azul que inmediatamente nos llama la atención, como un destello de luz que cae frente a nosotros, rápido y estridente. En el medio, un horizonte negro sobre el que posamos la mirada. Como en el resto de obras de Emmanuel, la memoria, la imaginación y las subjetividades de todos participan en la producción de sentido en sus piezas, llevando al espectador a abandonar su papel de simple observador. Encuentros cognitivos que nos llevan a la autorreflexión y al descubrimiento de nuevas realidades visuales. Un segundo elemento indispensable de la obra bidimensional de Emmanuel es la abstracción, un lenguaje con el que el artista nos invita a desaprender la forma en que miramos y nos relacionamos con el mundo. Los espacios de nuestra vida cotidiana, como calles, museos y escaparates, entre otros, son transformados por el artista para obtener diferentes planos de realidad.

Estas posibilidades espaciales abstractas son una consecuencia estética de la desviación de la realidad. Fragmentos de realidad que nos muestran el mundo de manera diferente a como lo percibimos en nuestra vida diaria. En definitiva, la obra de Emmanuel Segaut es un universo visual con multitud de posibles interpretaciones. Transformar, revelar, crear ilusiones: el artista encuentra grandes posibilidades de expresión en la fotografía y una forma de mostrar el mundo de manera diferente. Un juego de abstracciones que nos adentra en un universo sensorial único, íntimo y armonioso.