La Galerie de Buci sigue descubriendo nuevos talentos: el artista ruso exiliado en Francia Ivan Afonskiy se incorpora a la Galería y presenta algunas de sus obras recientes en la exposición virtual Mi vida en París. Con Mi vida en París, Ivan Afonskiy demuestra su talento para pintar la vida contemporánea en las tradiciones más académicas. Su realismo, legado de una larga estirpe de pintores rusos y soviéticos, es una suerte de puesta en escena de los objetos cotidianos, de su vida, de las cosas sencillas y habituales que nos rodean. Y las personas que el artista conoce alguna vez, como los transeúntes por la calle, o a las que ve todos los días, como su esposa. Como él mismo explica: “Pinto lo que me rodea y todo lo que constituye una parte importante de mi vida. Casi siempre recurro al retrato. Considero los rostros y las imágenes como un importante reflejo de la realidad contemporánea. Me gusta explorar los detalles, tratando la naturaleza con mimo y atención, dejando solo lo más expresivo. » Nacido en 1993 en Moscú en el seno de una familia de pintores, fue su padre quien le dio sus primeras lecciones de dibujo y su madre fue su profesora de secundaria. Al igual que sus hermanas y su hermano, completó con éxito la Academia de Pintura Surikov en 2017. Ya tiene una rica trayectoria de exposiciones y participación en proyectos internacionales en Rusia, Estados Unidos, Francia, Turquía, Serbia, Georgia u Países Bajos. Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, vive y trabaja en Francia. La exposición Mi vida en París es un trabajo de decodificación de la nueva vida del artista donde todo está por descubrir, por ser conocido o reconocido, por encontrar sus referencias. E Ivan lo mantiene simple: documenta su vida diaria: una mesa por la mañana después de una velada con amigos, sillas frente a la ventana, amigos a orillas del canal Saint-Martin, una vista de los jardines de las Tullerías, incluso el Torre Eiffel como telón de fondo. El pintor nos lleva por su París, comparte con nosotros su vida cotidiana, nos presenta caras nuevas. La serie de 4 acuarelas con retratos nos sumerge en un mundo de personas que parecen indiferentes pero que están atentas a lo que podría suceder: una especie de fresco de la vida de las personas en una megaciudad contemporánea. La mirada del artista los revela casi desnudos, con cuellos largos y ojos nublados, con la boca contraída en una especie de media sonrisa educada. Excepto cuando tenemos que hacer valer nuestros derechos, nuestras observaciones, casi escuchamos el grito de una dama o el susurro de un niño. Todos son desconocidos para el pintor, hablan un idioma que aún no domina, Iván intenta comprenderlos dibujándolos, como si quisiera plasmar sus pensamientos o sus destinos. Y, quién sabe, tal vez en una futura serie encontremos al artista entre estos rostros. En cualquier caso, la crónica de Ivan Afonskiy sigue contándonos su vida. Su vida en París.
Leer más