En lienzos de gran formato, el artista capta la esencia vibrante de las multitudes, donde cada personaje, único y expresivo, forma parte de un todo colmado. A través de un sutil juego de colores, materiales y una composición frontal, da vida a una humanidad diversa, vinculada y benévola que habita serenamente el espacio del lienzo.
Su mirada sensible y su gesto preciso transforman el anonimato en una historia, nos invita a detenernos, a buscar rostros, historias, emociones.
La serie Diosas, por su parte, deja entrar la poesía y nos transporta, sobre un fondo de profundo azul ultramar,
en un viaje simbólico poblado de imágenes flotantes.
Todas estas obras en formatos inmersivos nos cuestionan: ¿somos simples siluetas en la masa o individuos deslumbrantes dentro del colectivo? Es una experiencia fascinante.
Dos interesantes bocetos, trabajo preparatorio de las pinturas, completan la exposición.
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