¿La dirección de mi obra? La sinceridad. Todo evoluciona según mi alimentación, mis emociones. Las mujeres siguen siendo mi tema favorito, en cualquier caso, aquellas particularmente dotadas de poderes terrenales, naturales o trascendentes que evocan una iconografía mitológica que intento revisitar. Me encantan las diosas, las vírgenes, las reinas, y disfruto transformando a todas las mujeres en criaturas poderosas, maravillosas en su belleza, fuerza y fragilidad. Mi tema actual es la mujer de la fuente. También me interesa cada vez más el simbolismo. Me gusta dominar las oposiciones entre sombra y luz, fuerza y fragilidad, monstruosidad y belleza. También, y sobre todo, el tema de la transformación... Cuando creo un dibujo o un lienzo, humedezco el soporte y luego lo cubro con manchas aleatorias. Así comienza la pareidolia (una ilusión óptica que consiste en asociar un estímulo visual informe y ambiguo con un elemento claro e identificable, a menudo una forma humano-animal, nota del editor); y comienza la aventura. Mi objetivo sigue siendo sorprenderme a mí misma, perseguir una transformación. Mi destino y el de mi trabajo están íntimamente ligados. Avanzamos juntos, observando la alquimia que tiene lugar. » Hélène Lagnieu
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