En las primeras décadas del movimiento que se conoce como Street art, el Nueva York de los años 80 estaba lleno de posibilidades, sueños y una creatividad imparable que veía en su centro a un grupo de artistas que creían en el arte como respuesta a la vida misma. El arte callejero se consideraba un medio para representar la grandeza de la vida, sus complejidades, el ritmo frenético de la época y, por supuesto, también las partes más ligeras de la vida. Personajes como Keith Haring formaron parte de este movimiento, no sólo ocupando y comprometiéndose con las escenas subterráneas, sino creando arte para causas cercanas a la humanidad, incluida la capacidad de disfrutar de la vida. Haring utilizó la calle y la estación de metro como lienzo para desplegar un trabajo de líneas universales vivo con una energía cinética lúdica. Independientemente de la edad, el idioma o la procedencia, su obra reflejaba su postura sobre el amor, la sexualidad, la guerra, la política, el sida y la conciencia de las drogas. Sus obras fueron una luz en tiempos oscuros, inspirando no sólo a una generación a creer en el arte y en cómo se entrelazaba con la vida, sino a los artistas que vendrían después. Para iluminar su día, descubra la iluminadora colección de artistas callejeros de Artsper. Puedes encontrar a Piotre y Chanoir, y a más artistas que crean un diálogo desenfadado en torno a la cultura actual.
