Ruben Orgye

En la obra de Ruben Orgye, las formas corporales se distorsionan, reinventan y transforman en nuevas narrativas visuales. Su obra juega con la tensión entre lo reconocible y lo desconocido, creando un diálogo constante entre la realidad y la interpretación subjetiva. A través de líneas, colores y texturas, el artista explora temas de la condición humana, como el deseo, la intimidad y la sensualidad.

Orgye combina lo abstracto y lo figurativo como un juego visual que despierta la curiosidad y la imaginación del espectador.

...Mi trabajo busca reflexionar sobre la condición humana, enfatizando la sensualidad, la intimidad y el deseo como territorios donde nuestro ego se revela, se metamorfosea y confronta sus propias contradicciones.

Para mí, el cuerpo es simbólico, una construcción discursiva. Me interesa cómo nuestra relación con el cuerpo se ve influenciada por los discursos sociales que moldean no solo cómo nos percibimos a nosotros mismos, sino también cómo deseamos ser percibidos.

A través de la representación de máscaras, miradas y pestañas infinitas, experimento este juego de tensiones por el cual queremos ser reconocidos y deseados, al tiempo que intentamos proteger lo que somos, controlar lo que revelamos al exterior y lo que ocultamos.

Influenciada por artistas como Francis Bacon, Egon Schiele, Tracey Emin o Willem de Kooning, mi pintura es espontánea, expresiva e impulsiva, con pinceladas enérgicas que traducen la intensidad y profundidad emocional de mi proceso creativo, creando un espacio donde conviven la realidad y la interpretación subjetiva.

A través de este proceso de experimentación, busco ofrecer un espacio de reflexión, invitando al espectador a conectar con sus propias emociones y percepciones, y abriendo preguntas sobre quiénes somos detrás de nuestras máscaras y cómo nos relacionamos con nuestro propio deseo.