Matthew Couper

Nacido en Nueva Zelanda, Matthew Couper siempre ha sentido la necesidad de viajar, descubrir y analizar diferentes sociedades. Aprovechó las residencias artísticas en Reino Unido, México pero también varios viajes a Europa para ampliar su cultura y su gusto por la pintura. Desde 2010, es en Las Vegas donde se instala, ciudad del pecado y de todos los excesos pero también del capitalismo estadounidense. Vive allí con tantas exigencias espirituales y sociales que repercuten en su obra, la de un inmigrante que expresa sus puntos de vista sociales y políticos. Sus influencias son numerosas, provenientes de civilizaciones y culturas eclécticas, que van desde símbolos del antiguo arte occidental (especialmente el trecento italiano, quattrocento) hasta imágenes contemporáneas. Atraído por el arte colonial español, vio en él los reflejos culturales de una sociedad a través de actos de devoción, apariciones de santos y otros monstruos. Coleccionista de exvotos y retablos, de los que aprecia la humildad de los artistas, él mismo pintó una brillante serie de exvotos que hablan de arte, política, religión o mitos. Matthew Couper se apropió de esta iconografía tradicional del barroco español, compuesta por "mucha oscuridad que se equilibra con el rojo", para ilustrar sus pinturas contemporáneas cuyos temas, a menudo muy personales, se inspiran en sus sueños, sus frustraciones, libros que ha leído o sus encuentros. Si bien la iconografía de este arte está sujeta a los temas de la contrarreforma de la Iglesia Católica, la utiliza para señalar fenómenos sociales pero también lamentaciones sobre "falsos problemas contemporáneos", un disco duro que se colapsa, un dolor de estómago durante un trip, una pesadilla de personajes extraterrestres populares de los años 80. Habla de la terapia de exhibición, una forma de afrontar sus miedos a través de la representación. Estos temas sencillos se mezclan con símbolos anacrónicos y esotéricos, dando a su pintura una lectura densa y rica. "Oscuro divertido y cargado de simbolismo, sus pinturas son su intento de cerrar la brecha entre lo espiritual y lo inútil". (John Seed) Sus obras están representadas en colecciones públicas en Nueva Zelanda y en el extranjero (Roma, Brisbane, Montreal y Las Vegas) y en colecciones privadas en Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Escocia, Gran Bretaña, España, Francia, Italia. , Suiza, Hong Kong, Tailandia y Filipinas.