Jen Watson

Mis figurillas existen entre la reliquia y el homenaje, honrando la tradición de la figurilla y subvirtiéndola. Me considero un coleccionista de chatarra y un curador de kitsch con afinidad por los artículos baratos y de mal gusto. Utilizo el lenguaje de los iconos ya existentes en el mundo de las figurillas para cambiar el significado y dar nueva vida al antiguo. Es natural para mí trabajar con el objeto encontrado y me esfuerzo por cambiar lo inmutable a través de la intervención física.

Me enamoro de las cosas que a los demás les parecen feas, chillonas, chintz y groseras porque encuentro en ellas las expresiones más honestas del gusto humano. Una de mis cosas favoritas para hacer es visitar una tienda de segunda mano o un mercado de pulgas, porque están llenos de cosas que la gente alguna vez eligió conservar.

Estos objetos están en el limbo, no son lo suficientemente valiosos como para guardarlos, pero demasiado valiosos para tirarlos. Dan testimonio del pasado, el ciclo de la vida y la muerte. Me atraen porque sirven de receptáculo de recuerdos. Cuando los encuentro en una venta, existen sin rumbo fijo, dan espacio para mi mano y me dan la oportunidad de darles un nuevo significado. Mis imágenes provienen de estas figurillas encontradas, moldes comerciales y otras cosas inusuales que adquiero. Al intervenir en estos objetos con silicona, purpurina, resinas, calcas y pinturas de porcelana, mi trabajo sugiere superficialmente opulencia, pero la artificialidad de estos materiales traiciona mis intenciones a menudo subversivas. Espero compartir el valor y el humor que veo en estos objetos presentándolos nuevamente en una galería.