Jean-Marie Ledannois

Para comprender la obra de Jean-Marie Ledannois, es necesario conocer al hombre, su historia y su contexto de creación. Hijo de madre campesina, el artista tiene una relación muy personal con la tierra, es un amante de la naturaleza cuyas pinturas representan los cuatro elementos que la componen. Así, el agua, el aire, la tierra y el fuego guían la elección de su característica paleta cromática. De hecho, el artista es conocido por sus azules increíblemente intensos que aplica al papel con muchos matices, lo que demuestra que el tema principal de la obra es, sin duda, la luz. Está claro que trabaja los demás colores con la misma fuerza y la misma sutileza, sumergiéndonos así en un mundo misterioso.

Jean-Marie Ledannois trabaja en su casa-taller en el campo (en la aldea de Bléry en Yvelines) mientras escucha ópera barroca.

Los temas de sus gouaches no se limitan a los propios paisajes, es también el encuentro entre la realidad que observa y su inconsciente, las emociones que de ella emergen. “El artista también extrae de él la satisfacción de quién sabe qué deseo íntimo, un vago sentimiento de reencuentro que provoca alivio y relajación" (1). Se inspira en los bosques y campos que lo rodean, pero su infancia pasada con un tutor filósofo, lo empuja a acercarse a la pintura más intelectual que decorativamente. No os dejéis engañar por la aparente sencillez de los gouaches de Jean-Marie Ledannois, esconden un trabajo largo y minucioso y son fruto de una intensa reflexión. El artista aprecia la vida y el trabajo, tiene pasión por el aspecto técnico de su arte. Le gustan los materiales, las herramientas, los soportes que pone sobre una mesa después de haber, como dice, "hecho su cocina". De hecho, prepara sus propios colores mezclando pigmentos, goma arábiga y agua.

Ante sus obras, el espectador queda inicialmente congelado por la fuerza y la belleza de los colores, lo que le empuja a centrar su atención en el momento presente. En un segundo paso, está como atraído dentro de la obra, hipnotizado por sutiles y delicados movimientos internos de sombras y luces. Proyectando el artista sus propias dualidades en sus gouaches, provoca en el espectador la afluencia de emociones contrastantes como la alegría y la melancolía, el apaciguamiento o la energía.

Es cierto que la pintura de Jean-Marie Ledannois es a la vez cruda y matizada, femenina y viril, melancólica y alegre. Estas emociones permiten entonces al espectador buscar su propia sensibilidad para apropiarse mejor de la obra.

El gran talento del pintor es saber atrapar al espectador por el color y suscitar en él emociones contrastantes. El artista sobresale en la técnica del gouache que es la única que permite estos efectos de sombras y luces tan sutiles. Las obras que presentamos datan principalmente de la década de 1970, periodo en el que absorbió las aportaciones de Joseph Albers (1888-1976) y Mark Rothko (1903-1970) pasando de la abstracción geométrica al paisajismo abstracto. A pesar de estas influencias, el artista muestra una verdadera originalidad acorde con una personalidad fuerte y sensible. Su obra constituye un descubrimiento para WD Art Gallery Modern porque al artista le gustaba vivir solo en su casa de campo y tenía poca afinidad con los actores del mercado del arte. Esta primera exposición está, por tanto, en línea con el ADN de la galería, que es compartir con vosotros nuestra pasión por el descubrimiento y contribuir con humildad a dar a los artistas el lugar que se merecen en el mercado.

(1) "Ledannois (ensayo sobre el pintor Jean-Marie Ledannois)", Éditions Pierre Horay, París, 1977