Alberto

"Tres mil seiscientas veces por hora, el segundo susurra: recuerda".

Este verso de Baudelaire podría aparecer como un epitafio de Alberto Cordiero ya que la angustia del paso del tiempo es universal.

Obsesionado por el tiempo y su movimiento que opera sobre él, tomó este tema difícil y rico como su objeto favorito. Para él, el tiempo no es sólo una duración, sino alternativamente un instante o por el contrario una eternidad. Influenciado por el gesto duchampiano que lanzó la ola del ready-made, un urinario volcado titulado "fuente", Alberto maneja con fervor el símbolo del objeto fabricado. El artista transforma un objeto cotidiano en una obra de arte, absorbiendo la temporalidad del Reloj - Objeto.

Mucho más que un reloj, Cordiero presenta el Rolex esencial, símbolo de lujo y perfección.

Si hablamos del Noble Arte de poseer un reloj excepcional, Rolex ha sabido a través de su historia estar inscrito en el tiempo como un marcador de cada época.

El artista en sus cuadros nos invita a un viaje a través de las estaciones. En un estudio de Pop, la inspiración de Alberto reinventa a veces los iconos y a veces los símbolos de nuestra sociedad. Si el valor de un reloj siempre proviene de la suma de emociones que genera, la obra de Alberto Cordiero es parte de una traducción del mundo que nos rodea.