Matthieu Roché

Originalmente destinado a la física cuántica, Matthieu decidió sustituir la estética de las experiencias visuales por la abstracción de objetos invisibles. Fue durante un curso sobre inestabilidades en mecánica de fluidos que decidió tomar este camino. Fue durante una visita de su colega Arnaud Saint-Jalmes a la Universidad de Princeton en los Estados Unidos que descubrió la experiencia de los flujos superficiales que todavía lo ocupa hoy. Listo para salir del laboratorio después de varias pruebas fallidas, los dos investigadores vacían la muestra en el fregadero y luego ven aparecer pergaminos, testigos del tan buscado fenómeno. En la frontera entre la mecánica de fluidos y la fisicoquímica de las interfaces, Matthieu se unió al CNRS en 2014, desarrolló la experiencia y la llevó al límite. Matthieu se complace en utilizar objetos cotidianos para ilustrar la complejidad de los fenómenos que estudia y concede gran importancia a la estética de la llamada materia blanda.