Anagruz

"Soy un artista animal autodidacta.

Me gusta pintar al animal, porque recuerda la paciencia, y sobre todo la verdad porque no miente: expresa sin ocultar su verdad sobre sus relaciones con los demás seres, sobre sus relaciones con sus semejantes y sobre sí mismo. Sin embargo, aparentemente cerca de nosotros, el animal es invariablemente inaccesible para nosotros, porque no podemos escuchar su comunicación más que en nuestro propio idioma. Ante el colapso de la biodiversidad, le corresponde al artista encontrar la forma de concienciar sobre la vida animal, respetarla y movilizar la conciencia para salvar y preservar las riquezas de esta diversidad natural.

El animal simboliza en mis pinturas al individuo, poco conocido o incluso desconocido. Frente a este extraño, se ofrece entonces una opción: conformarse con el mensaje más accesible pero más pobre o dejar que esta apariencia se resquebraje para dar paso a una apariencia más subjetiva, teñida por nuestros matices personales y filtros internos. Así es posible liberarse de las apariencias, objetivas o subjetivas, para abrirse al otro. Con (o quizás por) sobreinformación, el matiz y la profundización de los conceptos se van descuidando paulatinamente: uno se acostumbra a "toscamente", a "lo esencial" pero contradictoriamente se pierde la esencia de las cosas porque nos privamos más y más más de este matiz. Esta tendencia se contagia en las relaciones sociales, donde la apariencia inmediata prima sobre las personalidades, colocando a cada ser en cajas cada vez más pequeñas.

Mis lienzos también representan el borrado del individuo individual frente a la masa: mirar a mis Múltiples como un todo inicialmente revela solo las manchas, o rayas, tantos códigos sociales como todos los elementos de una comunidad. de integración o incluso de conformidad, pero un enfoque más curioso y paciente permitirá a los individuos, sus respectivas peculiaridades y sobre todo el antagonismo entre la unicidad del individuo y su anonimización en el grupo.