Michèle Goumain

Tras una activa vida profesional que me llevó de la publicidad a la vajilla y la decoración, me incorporé al taller de Nicolas Poussin en Montparnasse para iniciarme en las distintas técnicas de dibujo y pintura de la mano de pintores profesionales de la École Boulle y de las Arts Décoratifs. 

Aprendí a mirar todo lo que me rodea con una nueva mirada. Analizarlo y encontrar el detalle que despierte mi imaginación y "me haga ir a otro lugar...".

Estudio la composición más de cerca. Visito exposiciones. Los pintores cubistas me fascinan y me paso horas escudriñando la disposición de sus lienzos.

Dondequiera que vaya, busco líneas que encajen, colores que respondan unos a otros, ritmos con los que se pueda jugar. Si fragmento mi visión a la manera de un mosaico, es para recomponer después estructurando y simplificando porque para mí es esencial que el conjunto esté construido y sobre todo equilibrado y armonioso.

El trabajo con la arcilla, que empecé más tarde, me hizo descubrir un material sensual y voluptuoso, perfectamente complementario al trabajo de un pintor. Pero también en este caso, las curvas tienen que encajar, las líneas rectas tienen que responder unas a otras, para un conjunto fluido y armonioso, sólido y acabado.

Ya sea en plano o en volumen, mi trabajo evoluciona hacia la simplificación. Poco a poco me libero de los detalles en favor de una visión más amplia y sintética. La abstracción se acerca. Pero el gesto sigue siendo preciso.

¿La mejor recompensa? Cuando alguien sonríe al ver una de mis obras...