Sophie Coroller

Al comienzo de la obra de Sophie Coroller: la búsqueda casi imposible de la materia. Aluminio de sección 6 mm trabajado en resistencia límite, papeles tailandeses casi inalcanzables que deberán afrontar un verdadero trabajo de marquetería seguido de la prueba de baños vegetales, pizarras que aguanten el ataque de taladros con mechas tangsten, fibra de vidrio y carbono que sólo se encuentran en los bordes de la aeronáutica, tubos de pirex de 2 mm de diámetro que deberán aceptar ser doblados por el calor, capas de poliéster, tubos de carbón y vidrio que serán colocados en una pared por la sola gracia de un alfiler.

También al comienzo de esta obra: el abandono del dibujo. Un franqueo que imprimirá constantemente la búsqueda de otro rasgo, en el espacio aquél, el deseo desesperado de dejar el soporte como para dar sustancia a la expresión "libre como el aire". El abandono del dibujo, primera transgresión de los límites que impone un cuerpo demasiado dado.

Luego, una vez que la obra ha adquirido espacio y relieve, cuestiona estos límites. ¿Cuánto tiempo resistirá el material raro y caro? ¿Cómo cruzar la línea base? ¿Liberarte de las leyes terrenales? ¿Escapar de la restricción material tendiendo hacia el rasgo más inmaterial? ¿Competir con aire ilimitado y maravillosas leyes no euclidianas? ¿Encontrar la línea de vuelo que logrará la proeza de alcanzar la gravedad aérea? Así se puede entender la obra de Sophie Coroller: que el cuerpo del mundo no pesa.

Sophie Coroller, de Danielle Lambert

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