Corinne Boureau

Heredé el amor por la naturaleza de mis padres, extrayendo de ella mi energía, mi equilibrio y mis intensas emociones. Mi jardín y sus manzanos son la fuente de mi inspiración. De la contemplación nacen momentos de intensa concentración. Mis pensamientos vuelan con las alas de la libélula, donde la enredadera serpentea a lo largo de los tallos atornillando la planta ... Mis viajes al fin del mundo también enriquecen mi inspiración - la cultura asiática.

Las diosas de mis cuadros llevan dentro un mismo mensaje: el mundo de la economía y la tecnología en el que vivimos que presiona al planeta pidiendo siempre más… Me parece que el ser humano ha olvidado lo que lo liga a la naturaleza. La naturaleza es como un tatuaje en nuestra piel. Está ahí, al alcance de la mano, inscrito en nosotros, no podemos borrarlo de nuestra existencia y nos sobrevivirá.

Para los futuros niños, nos debemos a nosotros mismos proteger este patrimonio natural y cultural.

Con cada desaparición de una especie, el hombre mutila profundamente su imaginación. Con los osos polares, pierde parte de su fantasía. Con la secuoya gigante, amputa su propia libertad ...