Marcus Hodge

Marcus Hodge (n. 1966) es un artista británico contemporáneo cuyo trabajo es conocido por su vitalidad y el uso escultórico de la pintura. Busca evocar una respuesta instintiva en el espectador utilizando un lenguaje mínimo. En el centro de su trabajo está la yuxtaposición de energía y quietud, donde las capas viscerales de pintura interactúan para revelar un destello de lo que hay debajo.

Con una economía de medios limitada, las pinturas tienen menos que ver con el acabado y más con el proceso, un proceso de no saber, que puede revelar algo que no estabas buscando. La imagen se encuentra en el misterioso e irresistible proceso de pintar. Al principio de su carrera, Hodge se hizo un nombre como retratista. Regresó al Reino Unido en 1996 después de una rigurosa formación de cinco años en pintura al óleo clásica en España, al más puro estilo español "Alla Prima". En dos años expuso con la Royal Society of Portrait Painters y fue seleccionado entre los retratistas británicos de la lista A por Harpers y Queen.

Hodge visitó la India por primera vez en 2000. Este viaje fue el comienzo de una intensa fascinación por la India y se convirtió en la inspiración motriz de su primera exposición individual. Con cada exposición individual posterior, su estilo evolucionó continuamente para volverse más atrevido y simple a medida que la pintura figurativa dio paso a la abstracción. Las pinturas fueron acompañadas de esculturas impresionistas de bronce, a medida que crecía su interés por este aspecto tridimensional.

Después de sus viajes a India en 2016, Marcus Hodge comenzó a reinventar audazmente su progresión pictórica, avanzando con un cambio radical en el estilo y el tema. De esta nueva lengua vernácula artística nacieron sus series Escapada y Tántrico. Hodge abandonó los métodos tradicionales de su oficio y reconoció la necesidad de un cambio para transmitir sus impresiones de la India. Sus obras abstractas se caracterizan por trazos gestuales y enérgicos de color denso, con gruesas capas de pigmentos superpuestos, aplicados directamente al medio, a veces fusionándose y otras creando contrastes atrevidos. Se utilizan diversas herramientas como espátulas grandes, cuchillos y trozos de madera para introducir los elementos de riesgo, azar y oportunidad. Cada cuadro se vuelve único en la búsqueda de lo inesperado de Hodge.

El lenguaje visual es impactante y mínimo, el diseño es más simple e intuitivo. La forma cuadrada, que representa la tierra atada, emerge de la superficie, como un primer rastro de existencia que se materializa repentinamente en un vacío de nada. La imagen del cuadrado rojo aparece en cada obra, sus fuertes bordes casi grabados en la superficie. El rojo es el color que simboliza el vigor, la unión y la fertilidad, y el cuadrado como la forma que representa la tierra unida, una forma utilizada en la arquitectura de templos y lugares sagrados. Para cada cuadrado, una gota de Bindi de color contrastante se convierte en el punto focal y el centro de energía de la composición, equilibrando con su quietud el paisaje circundante de trazos.

La imaginación y el proceso son esenciales en la práctica artística de Hodge, combinados con el uso vívido del color, la técnica controlada y la variedad de herramientas que utiliza.